Hace casi diez años, Manuel Cunquero tuvo una visión: llevar a Internet un servicio público capaz de rastrear a los familiares desaparecidos. Y lo que comenzó como un pequeño proyecto se ha convertido en una página web que recibe 50.000 visitas mensuales.
¿Cómo surgió la idea?
Desapareció el hijo de unos amigos y creí que sería interesante ayudar a aquellos que quieren encontrar a sus familiares.
¿Cuántos casos se han resuelto?
Miles de ellos. Tenemos de 30 a 50 altas nuevas cada día.
¿Cómo funciona el servicio?
Tenemos 200 colaboradores distribuidos por todo el mundo. Hacen llamadas, investigan, buscan en periódicos e incluso tienen accesos a bases de datos.
¿Sólo sirve para buscar familiares desaparecidos?
También para familias biológicas, antepasados y amigos de la infancia, por ejemplo.
¿De dónde sale el dinero?
De mi bolsillo. Al ser un servicio gratuito, me sale caro y por eso busco patrocinador.